Mensajes Fraternales

UNA CANCIÓN NECESARIA

Este mundo necesita escuchar una canción distinta, un sonido no estruendoso ni único, necesita una canción suave, con algo de susurro, algo de melodía limpia y extraña, no pegadiza y sin embargo atrayente. Un canto con muchas voces, pero una sola melodía, que resuene con notas que hablen de paz, de bienaventuranza, de Evangelio, que consuele e ilusione, que hable de un mundo que fue creado para el bien, de unos seres humanos que, pese a tanta barbarie como hay, sueñan con un Reino Bueno.

Canción que todos quieran cantar,
Que hermosos son sobre los montes
los pies del mensajero que anuncia la Paz,
que dice a Sión: Ya reina tu Dios. (Isaías 52,7)


Que mi vida sea canto...
Si se calla el cantor,
calla la vida.
Porque la vida
misma es toda un canto.
Si se calla el cantor,
muere de espanto.
La esperanza, la luz y la alegría.
Si se calla el cantor,
se quedan solos los humildes gorriones, de los diarios.
Los obreros del puerto, se persignan.
Quién habrá de luchar, por sus salarios.

Qué ha de ser de la vida,
si el que canta, no levanta su voz en las tribunas.
Por el que sufre,
por el que no hay ninguna razón que lo condene a andar sin manta.
Si se calla el cantor,
muere la rosa.
De qué sirve la rosa, sin el canto.
Debe el cantor ser luz,
sobre los campos,
iluminando siempre, a los de abajo.
Que no calle el cantor,
porque el silencio cobarde apaña la maldad, que oprime.
No saben los cantores de agachadas:
no callarán jamás de frente al crimen.
Que se levanten todas las banderas
cuando el cantor se plante con su grito.
Que mil guitarras desangren en la noche,
una inmortal canción al infinito.
Si se calla el cantor, calla la vida

Mercedes Sosa

COLABORACIÓN
Pastoral de la Alegría
Familias Jóvenes 








Diciembre 2010

DEJAR A LOS JÓVENES QUE EVANGELICEN A LOS JÓVENES

Jóvenes entre los Jóvenes, como Juan y Main, es el lema de los ANIMADORES SALESIANOS
DE LA PASTORAL JUVENIL .
El 8 de diciembre,Fiesta de María Inmaculada, fueron bendecidos, entregaron su futuro a la Virgen, recibieron la Credencial, Agesta María José, Bustamante Sofía, Caruso Bárbara Inés, Felder Juan, Giovino María Alejandra, Giovino María Laura, Leyva Paula, Ojeda Luciana, Pérez Ximena, Píccoli Sabrina Belén, Rivarola Agostina, Rives Maria Lourdes, Rojas Rocío Rosa, Sanz Natalia.

Miremos con esperanza a estos y otros jóvenes, pidamos a Don Bosco y a María Dominga , los ayuden a crecer en medio de tantos desafíos,creyendo que el Amor obra maravillas en el corazón.






Noviembre 2010


El cambio por dentro es Sabiduría, de Vida Feliz en nuestra realidad cotidiana, en nuestro ámbito familiar, profesional, social, ciudadano. Jesús nos enseñó de modo comprensible y fácil de recordar, el cambio interior con la Parábola de la levadura -Mateo 13, 33-

“El Reino de los Cielos se parece a un poco de levadura
que una mujer mezcla con gran cantidad de harina,
hasta que fermenta toda la masa.”


Es importante que tengamos en claro que el Reino de Dios ya está entre nosotros -Lucas 17, 20-21- , aunque a veces, no lo advertimos.
La pequeñez de nuestro hogar guarda en su interior un puñadito de levadura, de incalculable fuerza escondida, es la levadura que fermenta toda la masa de nuestros sueños, responsabilidades y convivencia familiar.

La Presencia de Dios escondida en nuestra alma, es como la levadura invisible, actúa, contagia en silencio, fermenta la unidad familiar que se irradia a toda la humanidad.

Esta levadura invisible, cambia por dentro, la coherencia nuestros pensamientos y acciones diarias, hacia fuera, se ve la transformación de la mirada sencilla, la comunicación alegre, los gestos sinceros, las palabras responsables, las opiniones que expresan la verdad, la comprensión en las diferencias, el reconocimiento del error, el acompañamiento desinteresado, la orientación correcta, el amor que nos tenemos, la acogida en el compartir, etc.

Somos fundadores de una Familia, por lo que nuestra primera responsabilidad es introducir la levadura de la Fe en el corazón de nuestros hijos, para que el cambio interior traduzca serenamente el pensar, sentir y obrar fraterno del Evangelio.

Somos Laicos adultos nuestra misión cristiana es colocar un puñadito de levadura de esperanza de felicidad plena, con el silencioso testimonio, que transforme lo cotidiano en experiencias del Reino - donde Jesús centro de nuestra vida familiar-, nos guía al amor, la comprensión, la fraternidad, la solidaridad, que expande
nuestro actuar cotidiano, fuera de los límites hogareños.

Como la levadura forma parte del pan, pero está en más avanzado estado de desarrollo y opera el cambio, en toda la masa que lo rodea, así Jesús presente dentro de nuestra familia, desarrolla el Reino de Justicia de Paz y de Amor que nos hace vivir felices y nos asegura la felicidad plena después de la muerte.

Todos hemos sido llamados a ser una pizca de levadura...
¿Estamos dispuestos a responder a ese llamado?


MARCELA Y FABIAN










Notas anteriores


Colaboración 
Matrimonio Martín - Bastoni 
Exalumnos salesianos. 
Estamos demasiados preocupados por soluciones inmediatas, apremiados por los problemas concretos, ansiosos por ver con claridad, juzgar rectamente y actuar con eficacia. Le hacemos a Dios, tantas preguntas: ¿cuándo, cómo, porque? , mientras que Dios dilata el horizonte de nuestras esperas, y da respuestas mucho más grandes que nuestras pequeñas preguntas, nos regala la Sabiduría de vida feliz.

Todos sabemos que la gran asignatura de la vida es precisamente aprender a vivir; que no se nos da una segunda oportunidad. Por eso Accendere, introduce reflexiones desde la Palabra de Dios fuente de dicha y felicidad.

Vida feliz… No hay ninguna duda que estamos en esta vida para ser felices. Este es el mayor anhelo de cada persona. Cristo- Palabra- Sabiduría de Dios-, centro y profundidad de todas las realidades, es don de felicidad que nos ayuda a discernir los caminos que conducen a lograr el desarrollo pleno- personal, familiar, social y cultural-. Cristo Palabra Viva es la puerta del gozo de vivir envueltos en esperanza.

Jesús pasó su tiempo, enseñando a la gente la Sabiduría de la vida feliz- , lo hizo con el lenguaje de la experiencia cotidiana; Sus palabras mantienen hoy toda su vigencia y prioridad, Evangelio de Lucas 6,47-49.


“… Les voy a decir a quien se parece el que viene a escuchar mis palabras y las practica. Se parece a un hombre que, al construir su casa, cavó bien profundamente y puso los cimientos sobre roca. Vino una inundación, y la corriente se precipitó contra su casa, pero no pudo removerla porque estaba bien construida Por el contrario, el que escucha mi palabra, pero no la practica, se parece a un hombre que construye sobre tierra, sin cimientos. La corriente se precipitó sobre ella y enseguida se desmoronó, siendo grande el desastre de esa casa.” 

Todos construimos en el entramado globalizado de luces y sombras, inseguridades y fortalezas por lo que aumenta el riesgo que la construcción familiar carezca de solidez, para ser hogar, escuela de amor, palestra de valores humanos y cívicos. Las experiencias diarias nos llevan, a perder la confianza en los demás si no somos capaces de vincularnos con muchísimas de las familias que viven con lucidez, el equilibrio de la libertad y la sabiduría, con hogares donde se custodian los Valores con responsabilidad ética-y dignidad cristiana. 

Accendere, estimula el placer silencioso de lectura reflexiva, para que seamos capaces de respondernos. +¿Qué pretendemos cuándo a nuestros hijos, amigos o seres queridos, les decimos que esto es lo que está bien, que deben comportarse de determinada manera, que hay que ser honestos, que deben ser solidarios, humildes, respetuosos…? 

Es indudable que para su felicidad, nosotros pretendemos que actúen de esa manera; estamos convencidos que ese es el camino, no aceptamos que nos respondan que sí y luego se comporten de acuerdo a otros códigos.

+ ¿Qué pretenden nuestros hijos para permanecer unidos, para que el hogar no se desmorone en los momentos difíciles o adversos, para que la familia resista a los embates de la sociedad actual?

Para respondernos necesitamos interpretar sus actitudes, que encierran sus gritos: ¡caminemos juntos con verdadero y profundo amor!, ¡ queremos sentir en familia la seguridad del acompañamiento!, ¡ intentemos vivir los matices de los valores esenciales!, ¡experimentemos los gestos de vivir la Palabra de Dios!, ¡ protagonicemos la unidad al edificar nuestra vida feliz!

Nuestra pertenencia Salesiana nos hizo descubrir que al practicar la Palabra de Dios, Don Bosco y María Mazzarello – soñaron involucrar a los jóvenes en su propia felicidad, dieron a luz el carisma de sentirse amados, imaginaron el futuro de santidad al alcance de todos.
Nacidos como frutos de confianza alegre, crezcamos al ritmo de la Sabiduría Evangélica que moviliza a actuar sin temor, a sembrar optimismo trascendente, a comunicar esperanza mientras recreamos construcciones de numerosas y renovadas Familias felices. 

Marcela y Fabián
















Las Hijas de María Auxiliadora y el Sistema Preventivo en Argentina

Las Exalumnas de esta Casa, en el Bicentenario Nacional rendimos homenaje a centenares de Mujeres Consagradas a Dios, en el Instituto de las Hijas de María Auxiliadora, a su pasión educativa por ver a las jóvenes, FELICES y SIGNIFICATIVAS PARA LA PATRIA.

El silencio activo, de esta gran red de personas entregadas a prevenir, generó en nuestras vidas, decididas Intervenciones Preventivas. Cuando pensamos en “prevenir”, inmediatamente se forma en nuestra mente la idea
de “evitar”: se puede evitar un accidente, un peligro, una enfermedad. Pero cuando nos referimos a educación
¿qué cosas son las que serían posibles evitar para que Don Bosco y Madre Mazzarello llevaran adelante un Proyecto Educativo que tiene por nombre Sistema Preventivo?

Cuando pensamos en la realidad en la que se formó este Sistema, la respuesta parece obvia: prevenir era
evitar que la compleja situación social de la industrialización masiva, dejara a los jóvenes a merced de la
explotación laboral injusta, o los empujara a la delincuencia, también que la secularización, tan extendida no
tapara los Valores Evangélicos, que son guía para el hombre y la sociedad.

No hace falta hacer grandes estudios sociológicos para comprender, que muy bien esa situación que se
podía apreciar en el norte de Italia hace 150 años, puede superponerse a la de la Argentina actual,
e incluso podríamos agregar algunos elementos que complejizan la ecuación: droga, violencia, sectorización.

Pero si evitar fuera todo el contenido del Sistema Preventivo, pocas probabilidades tenía de que 150 años
después, aún siga vigente y en lugares tan lejanos y diferentes como Italia, Argentina, Angola y Japón, sólo
por mencionar algunos. Así que debemos encontrar elementos, que nos permitan entender ¿qué es? lo que
traía este Sistema Preventivo, cuando desembarcó por primera vez en 1876 en nuestras tierras, y que aún i
inspira a tantos Educadores, a lo largo de todo nuestra amada tierra.
La mejor forma de hacerlo es fijándose en las prácticas.

¿Cuáles eran las prácticas que realizaron las Hijas de María Auxiliadora en las diferentes casas que fueron
abriendo? Primero, que sea Casa: el primer rasgo de la preventividad salesiana es el Amor, un amor de
familia, un amor cercano y concreto.

Como fiel reflejo de los Hechos de los Apóstoles, se decía de las Hermanas “Miren cómo se aman”, pero
sobre todo, cómo amaban a cada chica que se acercaba. Eran casa en verdad, el Oratorio eran también
Casa de aquellas que no tenían padre o madre, o de aquellas que sus padres trabajaban en situaciones que
no les permitían tener a sus hijas consigo.

Ser Casa, marcó los primeros años de vida de todas las obras de las Hijas de María Auxiliadora, tanto que
aún en los años 40 había alumnas pupilas y medio pupilas en esta casa de Almagro, y aún sigue siéndolo.

Aunque se considera una metáfora popular, que la Escuela es el segundo Hogar, somos miles de exalumnas
y hoy también exalumnos que afirmamos que efectivamente, las horas pasadas en estos patios y aulas son
horas pasadas en Casa.

Y justamente los Patios y las Aulas son los siguientes elementos que conforman la receta de este sistema.
La alegría del juego, pero sobre todo, la oportunidad de expresar a través de ellos toda la creatividad y la
pasión propia de la niñez y juventud. Pero el juego no es simplemente expansión, lo que nos acercaría,
incluso peligrosamente, a la evasión, a alejarnos de la realidad; el juego, entendido en lógica salesiana,
es una oportunidad de aprender, de respetar, de superarnos y de trabajar con otros, cuatro verbos que también
se viven en las aulas. Por eso patios y aulas no son ámbitos diferentes y opuestos en las casas salesianas,
son uno y el mismo.

La razón, el segundo elemento del sistema, no es una realidad fría o distante, simplemente intelectual, es una búsqueda que se hace también desde la alegría.
El estudio en una casa salesiana es una constante, pero ese estudio es mucho más que una serie de asignaturas: se busca aprender vida.

Ser “honrados ciudadanos”, no es una enseñanza que se da en cátedras, se aprende de la experiencia, del compartir la vida, se aprende en una Casa, como la que hablábamos al principio.

Si pudiéramos ver los planos originales de las Casas de las Hijas de María Auxiliadora, veríamos que todas comienzan igual: con un patio y algunas habitaciones que funcionaban como aulas, dormitorios, talleres, lo que fuera necesario. Y si no alcanzaba el espacio de las habitaciones, no había problema, porque el patio era la primer aula, el primer taller. No hay Casa Salesiana que no tenga una puerta directa al patio, o que algunas aulas no den directamente al patio: la casa es escuela.

Pero hay un elemento más en los planos: la Capilla, la presencia física de una realidad que se pasea por los patios y las aulas: María, que guía en el camino del seguimiento a Jesús. Y la Capilla se transforma en un Patio más y en Aula más, no porque en ella se imparta catecismo, sino porque es el lugar donde con alegría se enseña.

El tercer pilar del sistema: la religión. La fe no es una asignatura de clase, es una experiencia de vida que se transmite desde el compartir cotidiano, así la transmitían y las transmiten las Hermanas. Pero no hay fe que pueda vivirse en soledad, necesita de la Familia, de la Comunidad para crecer y alimentarse: la casa es escuela de Iglesia.

Hace más de 130 años que las Hijas de María Auxiliadora llegaron por primera vez a Argentina. Llegaron en barco luego de una travesía de más de 40 días, con sus hábitos negros, Biblia en latín y, la mayor parte de ellas, sin conocer el idioma, a una ciudad pequeña, rodeada de chacras, con calles de tierra.

Hoy pueden parecernos muy diferentes, pero sólo es apariencia.

Una presencia educativa no se marca por los cambios que se dan, sino por las continuidades que las sostienen en el tiempo a pesar de los cambios. Podemos llenar páginas contando los cambios que hubo desde ese primer desembarco hasta la actualidad, pero aún más fuerte que ellos han sido las permanencias.

Decíamos al principio que prevenir se entendía como evitar. Pero ninguna de las prácticas que describimos se ocupa de evitar que algo ocurra, entonces, ¿por qué hablamos de sistema preventivo? Porque, en la lógica salesiana prevenir no es evitar sino aportar. Aportar oportunidades y herramientas que permitan a los jóvenes afrontar las situaciones que el futuro les depare, siguiendo los Valores Evangélicos de la justicia y la misericordia.

Un dicho popular dice: “mejor es prevenir que curar”, pero no se trata de sólo de evitar una herida, también hay que enseñar cómo vendar una y a nosotras nos lo ha enseñado el amor y la entrega de personas y rostros concretos de esta Casa de Almagro.



Colaboración Exalumna
CRISTINA ROMERO LAMAS
Egreso 1994

Buenos Aires, agosto 2010







Mi historia de vida


Voy a contarles una historia, mi historia. No trato de ponerla de ejemplo, sino simplemente que algunas de ustedes se verá reflejada en vivencias o circunstancias parecidas, y ésta la ayudará a no sentirse sola en momentos que solo se comprenden, cuando se han vivido.

Durante 37 años tuve un compañero ejemplar, con sus defectos y virtudes: temperamental, sanguíneo, compañero, compinche, excelente esposo y mejor padre, que siempre veló por sus hijos.
Comenzamos a caminar juntos cuando yo tenía veinte años. Veinte años llenos de ilusiones compartidas. Tuvimos la vida que esperábamos, cargada de dificultades para salir adelante -económicamente hablando-, pero felices.
Era como que nos uníamos más ante la adversidad y nos hacíamos tan fuertes que la cosa salía. Dios nos mandó 3 hermosos hijos que dieron más alegría a nuestra casa.
Les decíamos a nuestros hijos que éramos como los dedos de una mano y, si alguno le pasaba algo en cualquier orden los demás debíamos ayudarlo, porque, como la mano, sin un dedo, ya no es la misma, ni se sabe desenvolver de la misma manera.

Oscar era una máquina de hacer proyectos, y yo, lo seguía. Cierto día, en el colegio María Auxiliadora al que iban nuestras hijas, llegó el Movimiento Familiar Cristiano a ofrecer el Servicio de Encuentros para Matrimonios, después de mucha insistencia de la hermana María Inés Iacoviello, decidimos ir.
Nos gustó tanto que, no solo vimos que a nuestra relación le faltaba ajustar algunas tuercas, sino que decidimos trabajar por ese Movimiento que, en ese momento nos dio tanto.

Primero formamos parte de un Grupo de Matrimonios, mes a mes nos reuníamos, tratábamos temas de interés para nosotros y también íbamos creciendo en la Fe; ¡qué bueno era hablar de Dios! Esa sensación la teníamos ambos, la compartíamos en nuestro diálogo y de a poco, en nuestro compromiso de vida.

Frecuentando la Parroquia San Carlos, fuimos nombrados Ministros de la Eucaristía, durante muchos años visitamos geriátricos, evidentemente nuestro camino de a dos ya había descubierto la presencia de un Cristo - nupcial, que nunca nos abandonó, faltaba descubrirlo…
Convencidos que la espiritualidad es el camino para transitar la vida con sabiduría, quisimos hacer el Seminario Catequístico Arquidiocesano María Auxiliadora, carrera de 4 años. Postergamos este deseo por bastante tiempo, hasta que, después de conversarlo y, ante mi imposibilidad de iniciar estudios, -no estaba tan segura de poder llevarlos a cabo, por mis ocupaciones-, acordamos que Oscar comenzara. Fue en el 2002.

¡Cómo me gustaba escucharlo! cuando venía del Seminario, le preguntaba qué había aprendido. Los cambios que observaba en él me hacían admirarlo aun más. El último año del Seminario no lo pudo terminar. Dios lo llamó a su casa y así, en menos de 4 meses partió…

Así quedé, sin la compañía física del que me había bancado durante tantos años, sin esa mano que siempre estaba extendida para acompañarme.
El tiempo me hizo ver y lo estoy aprendiendo aún que, hay cosas que están prescriptas, la hora de cada uno llega y contra eso no se puede luchar.
¡Cuánto se rezó! por Oscarcito, para que se produjera el milagro de su curación. Dios se lo quiso llevar junto a El y junto a María, Oscar era muy Mariano.


Nos separamos físicamente hace cinco años y medio. Los comienzos fueron duros. Sentí mucho su falta, su compañía, pedía a Dios me guiara… “La vida continúa” me decían todos. Te quedan los chicos, ellos te necesitan”, me decían otros, pero nada de eso me conformaba.
Con todos estos pensamientos y a pesar de ellos seguí viviendo con una fuerza que ni yo misma me reconocía. De pronto, me puse a pensar lo que Oscar siempre decía: el que parta primero se llevará la mitad del otro, pero, a su vez, le dejará su mitad para que continúe el camino.

Yo me quedé con esa mitad de Oscarcito que me animó y me anima todos los días para empezar nuevamente. De algo estaba segura: el camino hacia Dios era el correcto, ese camino me llevaría a mí reencuentro con Oscar, con el amor de mi vida, no podía dejar de transitarlo.

¡Cuánto encierra el ir conociendo a Dios!, se mira la vida de otra manera, se ama con más profundidad, se vive con sabiduría, se encuentran muchas respuestas ante determinadas situaciones...; todo transcurrió lentamente, sin prisa pero sin pausa. Aprendí a dar gracias a Dios por todo lo que tengo que es mi núcleo familiar ampliado por una nuera maravillosa, una nieta hermosa, por un futuro yerno tan bueno con el que una de mis hijas se unirá en matrimonio muy pronto y el novio de otra de mis hijas que tiene muy buenos y sanos sentimientos por su familia.

Doy gracias a Dios por los 37 años de felicidad que tuve y disfruté, ¡cuántos! no conocen lo que es estar en paz y amar. A la mano que conformábamos los cinco le falta uno de sus dedos, y los que quedamos tratamos de hacerla funcionar de la forma más entera que podemos. Claro que extrañamos a Oscar, pero ahora lo nombramos siempre recordando sus dichos, los buenos momentos pasados todos juntos y nos reímos un
rato; creemos que él también quiere que lo recordemos de esa manera.

El Padre José, Párroco de San Carlos, me nombró nuevamente Ministro de la Eucaristía, por lo que visito un geriátrico como hacía hace varios años, pero con renovadas fuerzas.
En el año 2007 decidí comenzar el Seminario Catequístico. Transitar el camino que inició Oscar, él me ayuda con todos los apuntes y libros que me dejó.

Continúo el camino de espiritualidad, que es la llave que abre la puerta hacia Dios.
Camino que me gusta, me reconforta, en el que profundizo los conocimientos que, es lo que quiero. Al año siguiente de iniciar el Seminario Catequístico me jubilé después de 37 años de docente. Continúo con la redacción y publicación del Boletín del Movimiento Familiar Cristiano, algo que jamás pensé que haría porque lo veía difícil y Oscarcito lo hacía tan bien…; además sigo con el Grupo de Matrimonios que
conformábamos los dos y que me contiene muchísimo.

Trabajo en el Movimiento, con todos los amigos que conocieron a mí marido, por lo que me mimaron, me comprendieron en los momentos de flaquezas. Hasta, una de las aulas de nuestra Sede, lleva su nombre: Oscar Assisi, cómo no voy a estar feliz y sentirme acompañada…

Actualmente coordino un Grupo de Personas Viudas, es un servicio de acompañamiento, a quienes vivimos una misma realidad de vida. Sigo con mi actividad Coral, que inicié hace muchos años, mis clases de Gimnasia, que me despejan mentalmente y son saludables.

En este, mi cuarto y último año de la carrera Catequística formamos un Equipo de cinco
personas, con muchas pilas, para animar los encuentros Prebautismales, de la Parroquia
de San Carlos. ¡continúo sirviendo! Lentamente descubro, que realizar estas actividades
me distraen, me entretienen, me gratifican, me da placer, todo lo que hago, porque yo

lo elegí, me permite hacer proyectos, y es bueno porque me aclaran el sentido de ser útil.
Estoy convencida que el servicio al otro, en la infinidad de facetas que existen, es agradable a la mirada del Señor, a la vez que nos enriquece. Es lo que El quiere de nosotros, que amemos al otro, lo ayudemos, lo acompañemos.

Con Oscar aprendí, que el camino lo hacemos día a día. No se, si sus vidas son parecidas o diferentes, pero para todas es importante tener proyectos que nos dignifiquen.
Si estamos contentas con lo que hacemos, creamos que es Dios quien lo quiere, y si para El es agradable. ¡hagámoslo!

No miremos para atrás, y si lo hacemos, que sea para aprender de los errores. Mirando hacia adelante seguimos subiendo la escalera de la vida, no tenemos que caernos, no debemos caernos. Hacer cosas, sentirse útil es la mejor receta para darnos cuenta -que vale la pena, vivir para servir.
Este es mi humilde testimonio, espero les sea útil, gracias. Que Dios las bendiga.

Zulema De Rosa
Mamá de dos exalumnas
Alumna del Seminario M.A.





Algo sobre el día de las Américas

Con sincero dolor nos hacemos parte del noble pueblo brasileño que ha sufrido la pérdida de sus miembros más humildes, los habitantes de Niterol. Aún están en nuestros cuerpos las réplicas del terremoto de Chile, aún están en nuestras pupilas las inundaciones de Buenos Aires, aún nos estremecemos por el accidente que costara la vida al presidente y toda su comitiva en Polonia.

Algo quieren decir estos signos y no están sólo referidos a los desastres de la naturaleza. No basta pues con leer las noticias y compadecer, se necesita mucho más. No basta con la dotación extraordinaria de policías en ciudad Juárez. Se necesita mucho más.

Sin embargo, todos callamos y quienes en las iglesias rezan en silencio o quienes enjugan una lágrima en las calles, necesitan mucho más.

Los desposeídos de Chile habitan hoy en carpas, pronto vendrá el invierno y con éste las lluvias y con éstas las neumonías de ancianos, niños y jóvenes. Se necesita mucho más.

Se necesita que América del Sur olvide rencillas históricas y se mire en los demás. Necesitamos mucho más humildad que aviones de última generación.

Las escuelas de Chile están en el suelo y nadie quiere decirlo. Somos un país más de Latinoamérica. Hablamos español o portugués, pero todo eso no basta, el siglo XXI nos está bramando que nos reconozcamos de una vez por todas hermanos y solidarios.

Sólo un estrechón de manos".
ERIC


Al leer esta carta que envío un amigo a un grupo que compartimos sentí que quería compartirlo tambien con uds. Así que lo mando a modo de colaboración para la Revista Virtual que nos han regalado.
Gracias y ahí se los copio , junto a mi afecto de siempre hacia la Obra de Don Bosco.
Claudia Améndola ( promoción 1982)